Boletín de Aniversario n.° 7: “De 150 a 1.000 o los inicios de Nordex en Alemania”

Todos los años, los empleados de Nordex Hamburgo se reúnen para celebrar su evento anual de verano. El tema de este año, “La gran feria de los 40 de Nordex”, marcó un hito importante: como muchos miembros del equipo ya saben, Nordex fue fundada hace 40 años por los hermanos Jens y Carsten Pedersen en Dinamarca.

Como parte del evento, tuvimos el honor de poder entrevistar en exclusiva al propio Carsten Pedersen, así como a dos de los primeros pioneros alemanes que desempeñaron un papel clave en el lanzamiento de la actividad eólica de Nordex en Alemania en la década de 1990. Hoy en día, Alemania es uno de nuestros mercados más fuertes e importantes, pero ¿cómo empezó todo?

Esta edición de nuestro boletín cuenta una historia sobre una autocaravana, riesgos audaces, determinación, un campamento, confianza, un movimiento atrevido, un espíritu emprendedor y, sobre todo, la mentalidad #NordexTeam que sentó las bases de nuestro éxito en Alemania hace más de tres décadas.

En los años ochenta, la energía eólica en Alemania se consideraba en gran medida una actividad de nicho, tanto por parte de las empresas de servicios públicos como de los políticos. Sin embargo, la catástrofe de Chernóbil de 1986 provocó un aumento del interés público por las energías alternativas. Los activistas antinucleares, en particular, empezaron a defender la energía eólica como alternativa viable y limpia. Aun así, el sector eólico alemán no había hecho más que empezar a tomar forma.

Entre las figuras clave que impulsaron la entrada de Nordex en el mercado alemán se encontraban tres pioneros alemanes con una visión técnica: Volker König, pedagogo con formación en física; Günter Schmidt, ingeniero eléctrico y propietario de una empresa de electrónica; y Werner Napp, físico atómico. En 1990, en condiciones casi conspirativas, los tres se reunieron con Carsten Pedersen en el restaurante de una estación de servicio de una autopista para firmar un acuerdo histórico: Volker, Werner y Günter obtuvieron los derechos exclusivos de distribución de los aerogeneradores Nordex en Alemania.  La firma de aquel contrato de bajo perfil bajo marcó el inicio de un nuevo capítulo, no solo para Nordex, sino para la energía eólica en uno de los mercados más importantes de Europa. Aquí está la conversación entre Carsten, Volker y Günter, con quienes nos reunimos en el evento en Hamburgo.

Carsten (izq.), Volker (m), Günter (d) en Hamburgo en el evento de verano 2025

¿Cómo llegaron los aerogeneradores Nordex de Dinamarca a Alemania?

Volker: En 1989 publiqué la primera panorámica del mercado alemán de aerogeneradores, que se vendió rápidamente en las Jornadas de la Energía Eólica de Husum y ayudó a establecer muchos contactos. Apoyamos a propietarios e inversores en la selección de aerogeneradores y elegimos Nordex, basándonos en nuestros cálculos. Estábamos convencidos de que el aerogenerador N27/150 de Nordex (Dinamarca) se adecuaba muy bien al mercado alemán.

Entonces, ¿fuiste a Dinamarca a comprar aerogeneradores y no a iniciar actividades de venta para el mercado alemán?

Volker: Sí, Günter y yo solo queríamos comprar 20 aerogeneradores, no vender aerogeneradores. Los dos teníamos buenos trabajos: Günter era director general de una empresa de electrónica de gran éxito y trabajaba desde casa, y yo me había convertido recientemente en el director de escuela más joven de Baja Sajonia. Pero la compra prevista fracasó inicialmente, debido, entre otras cosas, a la falta de homologación del N27 en Alemania. Fue a la vuelta de Dinamarca cuando surgió la idea de organizar la homologación nosotros mismos y pensar en actividades de venta en Alemania. A Carsten y Jens les gustó la idea de la homologación pero, en aquel momento, aún eran reacios a dar el paso al otro lado de la frontera danesa, quizá también por mi atrevida exigencia de convertirme a cambio en el representante comercial exclusivo de Nordex para Alemania, Austria y otras regiones.

Carsten, ¿es cierto que una vez Volker se quedó en una autocaravana frente a tu casa y se negó a irse hasta que se firmara el contrato?

Carsten: Jaja, es cierto que este rumor sigue circulando. De hecho, Volker era un vendedor muy competente. Sin embargo, al principio, su enfoque nos pareció inusual, ya que a menudo no nos entendíamos durante las negociaciones porque su danés era limitado y nuestro alemán, también. Aunque a Jens y a mí nos gustaba, no estábamos seguros de que fueran el “canal de distribución” adecuado para nuestros aerogeneradores en Alemania.

Carsten Pedersen fundó Nordex junto con su hermano Jens en 1985. En 1990, se reunió con Volker, Werner y Günter en una estación de servicio de una autopista en Alemania, dando luz verde para iniciar el negocio de Nordex en Alemania.

Volker: Sin embargo, más tarde, en noviembre de 1990, por fin pudimos convencerte, Carsten, para que nos visitaras en Alemania y…

Carsten: …quedamos para conversar en el restaurante de una estación de servicio de una autopista en Alemania, y en este marco tan sencillo e inusual, los tres consiguieron el contrato que querían. Accedí porque eran persistentes, seguros de si mismos y defendían sus objetivos con mucho compromiso personal. A partir de ese momento, asumieron la responsabilidad de supervisar las ventas de aerogeneradores Nordex en Alemania.

Günter: En cuanto al contrato, debíamos asumir toda la responsabilidad de los riesgos de entrada en el mercado y financiar la homologación necesaria para la instalación del N27/150 en Alemania, así como desarrollar de forma independiente la organización de ventas y la estructura de servicio. En conjunto, los riesgos financieros eran considerables para nosotros.


Volker, ¿qué te motivó a promover la energía eólica en Alemania?

Volker: Ya en 1985 había fundado, junto con otras seis personas, la Interessenverband Windkraft Binnenland e.V. (IWB), una agrupación de interés por los parques eólicos del interior. El accidente nuclear de Chernóbil de 1986 me motivó aún más a apoyar las nuevas fuentes de energía en Alemania. A través de la asociación conocí a Werner y más tarde a Günter, ambos, por supuesto, comprometidos con la energía eólica. Todos veíamos la energía eólica como la fuente de energía renovable más eficiente: es limpia, ilimitada y rentable, y el proceso de instalación de aerogeneradores es muy rápido. Los primeros aerogeneradores alemanes carecían de potencia o eran demasiado caros, mientras que los modelos daneses, aunque más potentes, estaban diseñados para vientos más fuertes y tenían rotores demasiado pequeños para las condiciones eólicas de Alemania.

Volker König, que estudió pedagogía y física, fue el impulsor del primer equipo alemán de Nordex. Para él, cada kilovatio-hora contaba y, desde el principio, impulsó el desarrollo de aerogeneradores más grandes.

Günter, fuiste el principal inversor fundador de la que sería la primera empresa Nordex establecida en Alemania. ¿Qué te dio confianza para invertir dinero en tecnología de aerogeneradores en aquel momento?

Günter: Los tres empezamos a calcular el rendimiento potencial de los distintos tipos de aerogeneradores disponibles, analizando al mismo tiempo distintas ubicaciones con distintas alturas de buje y condiciones de viento en Alemania. Y nos dimos cuenta de que solo el N27/150 de Nordex en Dinamarca era adecuado. Eso se convirtió en la base de mi idea de inversión.

Günter Schmidt es licenciado en ingeniería eléctrica con especialización en automatización. Anteriormente fue propietario de una empresa de electrónica y principal inversor fundador de Nordex Energieanlagen GmbH. Era muy consciente de que los riesgos financieros que entrañaban los ambiciosos planes de expansión de la empresa distaban mucho de ser insignificantes.

Volker: Sí, el N27/150 fue una verdadera bomba en su momento. Con 150 kilovatios de potencia, ¡tenía casi 600 metros cuadrados de barrido del rotor! Tenía una altura de buje inicial de 36 metros —más tarde aumentada a 40 metros—, también tenía torres más altas que la mayoría, lo que significaba que podía generar más energía incluso en emplazamientos con poco viento. Aunque había que invertir tres veces más que en un sistema de 50 kilovatios, se podía esperar un rendimiento cinco veces mayor.

El tercero del grupo: Werner Napp. Tras la catástrofe de Chernóbil, el físico atómico Werner Napp también se convirtió en defensor de la transición energética en Alemania. Dentro del equipo Nordex, fue el experto técnico y más tarde estableció la primera planta de producción alemana en Rerik, en el mar Báltico. Desafortunadamente, no pudo asistir al evento.


A finales de 1990, tras el encuentro de la gasolinera, Carsten asignó a ustedes la gestión de las ventas de aerogeneradores Nordex en toda Alemania. A pesar de los riesgos, ¿no era también un momento perfecto con grandes oportunidades por delante?

Carsten: 1991 tuvo un significado especial para nosotros. En enero entró en vigor en Alemania la Ley de primas a la electricidad, que garantiza ingresos fijos a los operadores de parques eólicos. Así, se esperaba que el potencial de mercado para fabricantes de aerogeneradores como Nordex creciera sustancialmente más allá de Dinamarca. Muchos fabricantes daneses intentaron aprovechar ese crecimiento desde el principio. Así que sí, en buena hora.

Günter: Sí, el momento era perfecto. En el Bundestag, el parlamento alemán, se aprobó la primera Ley de primas. Esto provocó una avalancha y, de repente, la energía eólica se convirtió en “calculable”. Por primera vez, existía una base económica para la concesión de préstamos. También en enero de 1991, los tres fundamos la primera empresa Nordex alemana:  Nordex Energieanlagen GmbH, con sede en Rinteln, concretamente en mi propia granja ecológica cerca de Hannover. Antes había vendido mi empresa de electrónica para invertir en nuevas empresas. Sin embargo, las operaciones de venta comenzaron en una habitación de 12 metros cuadrados situada en la granja de Volker en Melle-Buer, cerca de Osnabrück.

Volker: Esa sala se convirtió más tarde en el espacio con mayores ventas por metro cuadrado de Alemania. Y no era de extrañar: el negocio se había disparado cuando entró en vigor la Ley de primas a la electricidad. Se garantizaba una tarifa de 17 pfennigs por cada kilovatio-hora de electricidad producida a partir de energía eólica. Este resultado también se basaba en las recomendaciones que habíamos hecho como parte de la asociación eólica, ya que participamos intensamente en las audiencias sobre la Ley de primas a la electricidad que condujeron a la aprobación de la Ley. Nos enfrentamos con éxito a los representantes de las empresas de servicios públicos demostrando que una remuneración de 17 pfennigs, combinada con subvenciones, permitiría a la generación de energía eólica alcanzar el punto de equilibrio.

Günter: Ocho meses más tarde, a finales de 1991, instalamos nuestro primer N27/150 en la depuradora de Kappeln an der Schlei, en el norte de Alemania. Werner lo supervisó desde su oficina de Düsseldorf. En aquel momento, él era el único de los tres que podía dedicarse a la empresa a tiempo completo.

Volker: Günter y yo mantuvimos nuestros trabajos diarios, ya que al principio, la empresa no podía ofrecer salarios constantes y funcionaba con recursos financieros limitados. La empresa vivía al día, por así decirlo.

El N27/250 en una torre de celosía en Kappeln


La Ley de primas a la electricidad fue un gran éxito. Esto convirtió a Alemania en el mercado más importante del mundo para aerogeneradores.  Sin embargo, ¿no eliminó todos los retos?

Günter: Acceder a las subvenciones alemanas para los productos de nuestra planta danesa de Nordex fue todo un reto. Así que los tres decidimos empezar la producción en Alemania, concretamente en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde había apoyo local. En 1993, construimos una nave de 400 metros cuadrados en Rerik, en el mar Báltico, donde podíamos montar cuatro aerogeneradores N27/150 a la vez.

Volker: Sí, adquirimos una propiedad en lo que antes había sido el camping de la comunidad. Al principio, un almacén vacío nos proporcionaba un techo improvisado pero pronto le siguió un nuevo edificio que incluía la sala de producción.

Carsten: Por cierto… camping, Volker. Cabe señalar que la elección del lugar se inspiró en parte en una idea que tuvo durante una de sus vacaciones en el mar Báltico. Aunque, por así decirlo, Rerik nunca fue exactamente el centro del mundo, habías divisado una península frente a Rerik que habría sido un gran emplazamiento para un parque eólico. Pero el requisito previo para el permiso de construcción era el valor añadido local, así que la idea de fabricar localmente era ese valor añadido local. ¿El final de la historia? Resultó que el terreno estaba contaminado con explosivos militares, ya que formaba parte de una zona militar restringida, por lo que el parque eólico nunca llegó a construirse. Pero Nordex había vuelto a abrirse camino en Alemania, esta vez en Rerik. Así es cómo se tomaban las decisiones entonces.

Planta de producción de Nordex en Rerik

Con una potencia nominal de 150 kilovatios, esos aerogeneradores ya no eran competitivos a largo plazo, ¿correcto?

Volker: En efecto. Los clientes alemanes ya estaban esperando los aerogeneradores de 500 kilovatios. Teníamos que responder para seguir siendo competitivos. Se estaba formando una ola enorme detrás de nosotros, ¡y no teníamos una tabla para surfearla!

Günter: En aquella época vendíamos aerogeneradores como churros, principalmente a agricultores, nuestros primeros clientes. La energía eólica crecía una media del 20% anual. También nos dimos cuenta de que no lograríamos la transición energética prevista por Alemania en mil años con esos aerogeneradores de clase kilovatio, comparativamente pequeños.

By clicking on “Load content”, you consent to content being reloaded by Heyzine (United States). This provides Heyzine with the information that you have accessed our site as well as the technically necessary data in this context. We have no influence on the further data processing by Heyzine. The transfer to Heyzine may be based on the EU-U.S. Data Privacy Framework or standard contractual clauses. See further information at privacy policy

Load content

Flipbook preview image

Carsten: El primer aerogenerador producido por Nordex fue un modelo de 225 kW, mejorado a 250 kW: el conocido N27. Pero sí, los tres estaban presionando para construir una aerogenerador más grande para seguir siendo competitivos, mientras que nosotros en Dinamarca aún dudábamos en pasar a 500 kilovatios o más por cuestiones técnicas. Aun así, no queríamos quedarnos rezagados con respecto a los líderes del mercado, por lo que cerrar la brecha se convirtió en algo esencial. No fue una decisión fácil. Pero también fue entonces cuando empezamos a desarrollar el aerogenerador de 600 kW, el N43/600.

Entonces, proyectaron desarrollar un aerogenerador más grande para Alemania, ¿sin involucrar a Dinamarca?

Volker: A principios de 1993, Werner, Günter y yo decidimos desarrollar nuestro propio aerogenerador, con el objetivo de ser los primeros en sacar al mercado un modelo de un megavatio. Trabajamos paso a paso para crear aerogeneradores cada vez más potentes. Quería generar muchísima electricidad, y rápido. Construir un aerogenerador de vez en cuando no era lo mío.

Günter: Y así lo hicimos. El primer prototipo —un modelo de 800 kW, el N52/800— entró en servicio en febrero de 1995. Casi todo el equipo Nordex de Rerik participó en la instalación. Todos los presentes en las instalaciones de Bentwisch, cerca de Rostock, vieron cómo el aerogenerador empezaba a funcionar por primera vez. Y Werner estaba tan entusiasmado con el rotor girando que, en un gesto espontáneo, sacó 50 marcos del bolsillo y dijo a todos los presentes: “¡Esto es para patatas fritas y cola!”. Apenas dos meses después, el equipo instaló el segundo prototipo, el N52/1000 —el aerogenerador de un megavatio prometido, en Brunsbüttel, en la desembocadura del río Elba. Fantástico.

Prototipo en Bentwisch 1995

Estos eventos fueron ciertamente momentos notables…

Günter: Fueron grandes momentos. Pero poco después de la instalación de nuestros prototipos alemanes, los recursos financieros de nuestra empresa Nordex Energieanlagen GmbH se agotaron. La prefinanciación de los pedidos de los clientes y la construcción de la planta de Rerik habían agotado todo el dinero que habíamos invertido los tres fundadores.

Volker: Humildemente, preguntamos en Dinamarca si Carsten, y su hermano, estarían dispuestos a hacerse cargo de la rama alemana de la empresa. Y por suerte, aceptaste salvarnos y nos comprastes. En mayo de 1995, Günter y yo, junto con nuestros nuevos colegas de Nordex, Reiner Borgmeyer y Ewald Seebode, pudimos crear una nueva empresa de ventas: Nordex Planungs- und Vertriebsgesellschaft mbH (NPV), con sede en Melle, al norte de Bielefeld. Esto nos permitió volver a concentrarnos plenamente en las ventas en Alemania. NPV se convirtió en la organización de ventas de Nordex en Alemania durante muchos años.

Carsten, Volker, Günter y Reiner Borgmeyer (de izq.)

Carsten: Mirando hacia atrás, creo que esto es típico de la industria eólica: hay momentos en los que sentimos que podemos caminar sobre el agua, y otros en los que es más probable que estemos bajo el agua. En otoño de 1996, la pequeña nave de producción alemana de Rerik logró la primera producción en serie del mundo de una aerogenerador de megavatios, tras más de tres años de duro trabajo, a pesar de los limitados recursos. Agradezco enormemente las decisiones tomadas por ustedes. Los esfuerzos llevaron a Nordex a fabricar e instalar con éxito aerogeneradores en Alemania, desde el primer modelo de 150 kW hasta el primer aerogenerador de 800 kW y, por último, el primer aerogenerador del mundo de 1.000 kW producido en serie. El éxito comercial que siguió validó esas decisiones. Como recordarán, en 1997 Nordex alcanzó una cuota de mercado del 16%, lo que le convirtió en el segundo proveedor más grande de Alemania.

Gracias a todos por compartir estos valiosos puntos de vista y recuerdos de aquellos extraordinarios primeros años en Nordex en Alemania. Les deseamos a cada uno lo mejor para el futuro.